La intención de hacer cosas, el afán de cración, de llevar a cabo varias cosas a la vez, debe ser algo tan caótico como este edificio-caracol, tan sorprendente y mágico. No llegamos a saber nunca donde empieza ni donde termina la intención y comienza el des-barajuste que hace que lo dejemos todo a medio hacer.
Tal vez a primeros de año, como siempre, comience algo para dejarlo terminado de inmediato. La intención es lo que cuenta.
¡Que aburrimiento!
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