Nos llamaremos por nuestros nombres
o por aquellos que nos hayamos inventado,
llegaremos por los caminos de costumbre, tomaremos atajos
y seremos absurdos transeúntes de una noche sin luz
que andábamos buscando a la intemperie.
Cerraremos los ojos y alguna silueta se nos hará presente
entre canales, y en el relieve revelado un silencio con formas
imperfectas nos hará compañía y jugará al escondite con las sombras.
Siempre seremos fieles para nosotros mismos.
No cabe en nuestro sino el fraude ni el engaño
ya que solo nos vemos si cerramos los ojos
y entonces es nítida la forma de nuestras siluetas
pues todo lo que somos lo hemos inventado.
Pero siempre al final nos encontramos. Si cerramos los ojos
la silueta de lo que queremos se nos ofrece nítida y perfecta.
Tal vez siempre todo sea eso, inventarse cada día,
redescubrirse siempre y en el mismo momento mirarse con asombro
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