el amor es el único y último recurso que nos queda para salir ilesas de la vida
EL AMOR ES EL ÚNICO Y ULTIMO RECURSO QUE NOS QUEDA PARA SALIR ILESOS DE LA VIDA
En mi casa había un libro. A decir verdad, había tres
Hay versos que se escriben cuando se han acabado las palabras.
sábado, 16 de octubre de 2010
CARTA A DIOS (Extensa misiva en tres capítulos) 3º.-
No es mi caso, pero muchas mujeres en mi situación se cuestionan seguir creyendo en Ti, y te lo digo con honda tristeza, Señor, no vayas a creer que no. Porque las colocas ante un lamentable estado de reflexión, del que solo consiguen caos y confusión. No te sientas cómplice del agresor sólo por haber sido el creador, el padre. Sé consciente de ese tremendo fallo que tuviste al principio de los tiempos y enmienda el error, porque equivocarse es de humanos, pero saber rectificar es de sabios, y Tú, por lo que se conoce y todos dicen, debes serlo, Señor. Y perdona la osadía y el atrevimiento de pretender darte un consejo. Es que no sé lo que digo con todos estos problemas, pero incluso sabiendo que no es correcta mi postura, me atrevo a no rectificar, porque me han engañado tantas veces, me han aconsejado en vano y mal tantas veces, que respecto a este intento también me temo que pueda resultar un fraude. Y precisamente en Ti concurren todas las circunstancias: la Judicial, la Social y la Divina.
Arregla esto, Dios, oye la voz de una descreída. Hazle una señal antes de que pierda todas las esperanzas. Antes de que yo, o cualquiera otra en mi lugar, sigamos teniendo miedo.
Para tu posible respuesta ya sabes mi dirección. En cualquier lugar del mundo, en cualquier bloque de pisos baratos, en alguna de las chabolas del cerco de las ciudades, en los sótanos y en las azoteas, en las casitas adosadas, en el campo y en la playa, en el camping y en el dúplex, en los chalets señoriales, entre grandes concentraciones humanas y entre soledades místicas, tal vez, ¡no!, seguro, en los palacios, en las grandes mansiones, donde quieras que dirijas la carta, allí estaré esperando. En todos los lugares hay una mujer que espera una respuesta. Una respuesta clara, sin tópicos ni convencionalismos sociales o doctrinales. Esto no es cuestión de fe. Es un tema de muerte y malos tratos.
No me defraudes ahora, cuando por una vez confío en Ti.
Espero tu respuesta, confiada
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