el amor es el único y último recurso que nos queda para salir ilesas de la vida

EL AMOR ES EL ÚNICO Y ULTIMO RECURSO QUE NOS QUEDA PARA SALIR ILESOS DE LA VIDA

En mi casa había un libro. A decir verdad, había tres


Hay versos que se escriben cuando se han acabado las palabras.

domingo, 22 de agosto de 2010

LEJOS DE LOS MUNDOS DE YUPPI

El VII certamen del Canal Literatura, mi participación en el Blog y yo misma. (Primera parte).-

Me llamo María Dolores, soy una mujer sencilla, tranquila, visceral en algunos momentos, apasionada según qué casos. Tengo gustos sencillos, soy de ideas claras, de ideas izquierdosas, de costumbres viejas. No cambio de gustos ni de ideas y por esa parte resulto aburrida. Por otras también. Me identifico con las mismas cosas con las que he convivido siempre. No ando a la moda. Me adapto a la comodidad de los tiempos. No me gusta herir por decir una verdad. A veces paso mucho tiempo callada.
Me he decidido a contar mi experiencia acerca del Canal Literatura, con quien he estado colaborando durante unos meses y manteniendo una actitud agradecida y amistosa con su administradora al menos por lo que a mí respecta. También por su parte, creo, ha habido justa correspondencia.

En un momento determinado me ofrece formar parte del grupo de lectura para el VII Certamen de Creación literaria, lo que considero un honor y acepto encantada. Cuando se pone en marcha el certamen y comienzan a aparecer los primeros trabajos me sumo al proyecto con total dedicación. No dije antes que mi mayor pasión es la literatura.
Va pasando el tiempo y la actividad en el blog del Certamen se agiganta, los trabajos llegan en avalancha, la diversidad y calidad de los mismos se va haciendo cada vez mayor. Hay algunos trabajos estupendos, que denotan mucha creatividad y son un gran valor y un desarrollo literario enriquecedor para quien está leyendo y se ve en la necesidad de poner un cifras numéricas a quienes considera muy por encima de sus propios valores literarios. Pero así son las cosas. Sin embargo creo que sé leer y valorar lo que leo.

En uno de los momentos de mayor apogeo de relatos enviados y comentarios de los mismos concursantes enviados al certamen, se descubre –no sé si deliberada o accidentalmente- que el autor de uno de los trabajos, que además está levantando polémica con sus comentarios, es alguien que está en mi lista de amigos de una red social, que a su vez ha sido “captado” junto a otros amigos míos, por la misma administradora del blog, para formar parte de su ingente colección de miembros sumados a su panel lateral izquierdo.

Una mañana de domingo, en un alarde de sutileza maestra, como solo sabe hacer la gente que es capaz de torear con las dos manos, me invita a dejar el grupo de lectura, argumentando mi posible malestar, (quizás quiso decir implicación) ya que el personaje en cuestión ha declarado su identidad, resulta ser concursante y amigo, observa actitudes francamente encontradas con la organización, y en internet estas cosas se convierten en temas delicados. (¿) No estoy molesta porque no entiendo nada. No sé lo que ha pasado y prefiero enterarme debidamente de lo sucedido. No he estado pendiente del desarrollo de los acontecimientos y esto me sorprende de buena mañana.

Y aunque así fuese no puedo ser responsable de las actitudes que adopten personas individuales, estén o no estén adscritas a un panel social, sean o no amigas mías.
Dejo el grupo de lectura sin estar de acuerdo con ello. No debí haberlo hecho, pero lo hice. Me mantengo al margen del blog del Canal, no envío trabajos nuevos, no mantengo comunicación con nadie del canal Literatura, con su directora, como hacía antes habitualmente. Me siento mal, pero en ningún momento dejo ver lo que es una clara señal de protesta, aunque tampoco nadie lo observa; es como si mi actitud pasara absolutamente desapercibida, pero yo sé que sólo no se me hacía caso.

Soy receptora del sentir de estar siendo incoherente con mis propios principios. No he cometido falta alguna y me veo privada de seguir desarrollando una actividad que me apasiona y llena de entusiasmo. Veo que eso no le importa a nadie, y que solo se han cumplido los deseos de quien quería verme fuera por motivos que no acierto a comprender y que nadie me ha explicado todavía. Durante aquél día se me dijo en un correo que pasados estas fechas, me darían explicaciones de por qué se adoptan estas medidas, que cualquier cosa en internet tiene unas dimensiones extraordinarias, y cosas por el estilo para mantenerme conforme. Siempre he sido confiada (tonta) y no tengo esperanzas de cambiar. Tampoco la ilusión de hacerlo. Sigo creyendo en la gente porque a veces el género merece la pena.

Después las cosas comenzaron a ir de mal en peor. Pero lo seguiré contando en la siguiente entrega, porque nada hay terminado si no se llega al final.

1 comentario:

  1. Pues vaya Lola, no lo he entendido muy bien, pero creo saber quien es el concursante en cuestión. Siento que pasen estas cosas y sobre todo que tú te sientas mal por ellas. Un abrazo

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