el amor es el único y último recurso que nos queda para salir ilesas de la vida

EL AMOR ES EL ÚNICO Y ULTIMO RECURSO QUE NOS QUEDA PARA SALIR ILESOS DE LA VIDA

En mi casa había un libro. A decir verdad, había tres


Hay versos que se escriben cuando se han acabado las palabras.

viernes, 11 de diciembre de 2009




Antes de aquélla noche que ahora quiere olvidar, recuerda a intervalos de memoria fragmentada. Y recuerda que el juego es subterráneo, furtivo. El juego las incita a socavar las superficies áridas, a horadar colmenas de increíbles laberintos, a buscarse y profundizar en distancias siempre cercanas. A mantener la incógnita encerrada en el interior de un nido de abejas intentando que las reglas del juego no rompan la magia del juego.
El juego es la desconocida cualidad que las vuelve locuaces, hábiles, valientes, permisivas…
Es la sombra que las devuelve a la claridad cuando lo oscuro tienta, incita, provoca y desconcierta…
El juego es la experiencia de verse retratadas en la infantil tarea de creer y soñar que el mundo que las rodea es de invención propia, hecho a la medida del sueño y de las propias evasiones…

…El juego es la imitación más perfecta que existe del sueño que no les estaba permitido.

El hombre se sintió satisfecho. Había sido un día más y había terminado. A veces al rutina lo mataba. La incordialidad se establecía entre él y sus dias, él y sus trabajos, él y sus principios, sus necesidades, sus sueños. Pero aquél día, a pesar de que todo había sido igual y había terminado de la misma manera, se sintió diferente. Se miró al espejo y sonrió. Se sintió casi avergonzado por sentirse feliz. Total, pensó, si no habia pasado nada extraordinario... Pero se fue a dormir con aquélla sonrisa puesta en los labios.

lunes, 7 de diciembre de 2009


¿Será así el futuro?
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domingo, 6 de diciembre de 2009


EN SOTIEL, LEYENDO A PESSOA

La mañana está fría y desapacible. Tanto silencio y tanta soledad han conseguido que apenas me diese cuenta de estar en algún sitio. Calculo que debo llevar aquí más o menos una hora leyendo y escribiendo, alternando el orden según el momento o la preferencia, y aún no he visto a nadie pasar por la calle. Sin embargo, cientos de pájaros se alinean posados en los cables del tendido eléctrico, y un perro se me quedó mirando descarado y cuando ya comenzaba a preguntarme si tendría dueño, al no reconocerlo de ningún vecino de la calle, he creído que me transmitía una tremenda carga de tristeza a través de sus ojos medio ciegos cargados de legañas, y parece que creía preguntarme entre cruel y tierno, “Sí, estoy solo, pero tú, ¿acaso estás o te sientes acompañada?”… Me he quedado pensando que si de verdad el perro me hablaba y decía esas palabras, ¿qué podría contestarle yo en el caso no hipotético de querer entablar con él una conversación?

EN SOTIEL, LEYENDO A PESSOA
Aquí el tiempo se eterniza. Parece como si el sol estuviese anclado sobre un punto estático y no dejase avanzar las horas, depositadas en una dimensión perdida en el espacio. Desde el lugar que ocupa mi casa, todos los horizontes son relativamente cercanos, y a veces, dependiendo de las distintas horas del día, el sol ofrece la impresión de que el cielo puede ser perfectamente tocado por las manos en el momento en que se junta con los perfiles de los montes, fundiéndose en un abrazo de ardientes y solícitos amores.